jueves, 28 de abril de 2011

Editar la vida

¿Y si tuviéramos el absoluto control sobre nuestra memoria? Si un día pasara algo y decidieras que quieres borrarlo permanentemente, ¿Lo harías? "Eternal sunshine of a spotless mind", se llamaba la película. Y me estaba preguntando cómo sería si aquello fuera posible. Me estaba preguntando si yo sería capaz de borrar un evento de mi memoria. Un evento tal vez agradable, importante, pero que, por el bien de todos los implicados, es mejor borrarlo, ¿Lo haría? Eso implicaría olvidar no sólo lo que pasó sino también lo que sentí, pensé y aprendí en el proceso. ¿Lo haría?, no lo sé. Me reconforta saber que no es posible, que tal tecnología no existe. Me reconforta poder confiar en mi buena memoria, que no hay forma de que, aunque quisiera, llegara a olvidar algo importante. Pero, ¿Qué sería de mi si, por ejemplo, olvidara todo lo que ha pasado hasta un tiempo en el que aún fumaba?, Si, un día, pensando que aún fumo, lo hiciera y me hiciera daño. O que sin saber que mi cuerpo ya no acostumbra comer carne roja y un día, sin saber eso, lo hiciera. Supongo que cada decisión en esta vida tiene sus riesgos y sus consecuencias. Esa podría ser precisamente una buena razón para borrar deliberadamente mi memoria; Ahorrarme las consecuencias de mis actos. Y podría ser que tenga sentido, probablemente lo tiene. Es decir, si algo no pasó, pues no pasó y ya, y eso no tiene nada de malo. Una vez que uno lo decide no hay vuelta atrás, una vez que algo se olvida, queda olvidado y ya nunca pasó. Pero siempre me quedará la duda de si he olvidado algo que no debía olvidar, algo que tal vez no quería olvidar. Pero, sólo por si acaso, si un día hago algo que sé que "nunca pasó", al menos haré que valga la pena. Me pregunto si, si es que alguna vez olvidé algo que pasó, algo que tal vez no debió pasar, mínimo valió la pena.

A veces no se trata de olvidar, sino de dejar ir.

miércoles, 27 de abril de 2011

16 Pensamientos random



El otro día tuve que pasar un día entero sola en Coyoacán, por motivos que no voy a explicarte. Normalmente tengo la costumbre de llenar las páginas de mi cuaderno completamente, sin dejar espacios en blanco, aunque amontonando las letras de vez en cuando. Es por eso que notarás que todos los escritos con la etiqueta "versión escrita" son cortas; La cantidad de palabras depende del orden y tamaño de las mismas en el papel. Pero el lunes olvidé mi cuaderno en casa, así que lo que hice fue doblar una hoja carta en 8 y usar los cuadritos como si fueran páginas. El resultado fue una serie de pensamientos random, algo misántropos y con cierto sabor a enojo. Originalmente no pensaba publicarlos...



1
No tengo ganas de escribir.
Pero lo necesito. Últimamente
me siento más rara de lo
normal. Los humanos me
aburren, son todos iguales. No
los entiendo, no sé cómo ser
como ellos. Me dicen que no
tengo qué, pero me siento
sola. A veces me dan ganas de
volver al pasado. El presente
me encarcela, me corta alas que
nunca nacieron. Te extraño.
Más de lo que me atrevo a
admitir, más de lo que debería
permitirme. No. No digo que
estaría mejor contigo. Yo sé
que no, pero te extraño.


No sé qué pasa conmigo.


2
Estar rodeada de gente me hace
daño, me hace sentir que no
pertenezco a este mundo. Tal
vez es porque es verdad, tal
vez me gusta de esa manera. No
sé si me gustaría que fuera
diferente. Estar rodeada de
gente me atormenta, y nunca he
tratado de cambiar eso. Hay
quien piensa que la soledad es
triste. Ellos no saben cuánto
más triste es la gente. La
gente es impuntual,
imprudente, egoista, casi
todos, tontos. Lo más triste
es que ni siquiera lo saben.
No tienen por qué saberlo, no
les importa.


Me pregunto si son más felices
que yo.




3
Ya son varias las veces que,
en el msn, te escribo "te
quiero" y luego lo borro. Me
pregunto si algún día le daré
"enter" en lugar de "delete".
No lo sé. A veces me cuesta
trabajo distinguir entre
sensatez y cobardía. No llevo
la cuenta de cuántas veces he
dejado ir a gente que quiero,
por ser cobarde. A veces me
pregunto si es verdad que no
estoy sola. A veces no
recuerdo si sé con certeza qué
es la soledad.




4

(otras cosas que taché y/o no
entiendo)
De más joven me imaginaba a mi
misma como la clásica
"hipster", sentada frente al
café tomando café y
escribiendo en servilletas. Me
alegra saber que me equivoqué;
Ahora tomo chocolate.










5
Traté de marcarte al celular,
pero no tienes señal. Sigo en
la plaza y me aburro. Ya fui
por chocolate, ya me senté en
el kiosco, escribí un poco, y
se me agotan las ideas. Me
gusta mi tiempo a solas, no me
quejo. El ipod aún tiene pila
pero por ahora prefiero el
canto de las aves. Escucho un
ruido en la hojarasca, en el
jardín; Eso no es un ave, me
asomo. Una lagartija persigue
a una cucaracha, intenta
comérsela. Algo asusta a la
lagartija; Un gorrión. Él se
come a la cucaracha.


Iré a seguir a un extraño.






6
En esta ciudad es raro
encontrar a alguien
interesante. Casi nunca pasa,
y cuando pasa es raro que
ellos piensen que yo soy
interesante. Eso, o huyen
corriendo en el momento en que
yo menciono a mi novio. No me
molesta en realidad, ¿para qué
querría yo hablar con alguien
que sólo quiere de mi una
cosa? No le veo el caso.
Después de todo, ¿qué es lo
que hace a alguien
interesante? Tal vez algo en
su forma de vestir, su forma
de caminar, de mirar... yo qué
sé. No me gusta equivocarme,
pero pasa muy seguido que
alguien que creí interesante
me desilusione.










7
Me parece curiosa la manera en
que caminan los ciegos,
siempre con su bastón por
delante. ¿Qué sentirán? ¿Qué
pensarán de nosotros que
tenemos el regalo de la vista?
Todo sería diferente si todos
actuáramos con la precaución
de un ciego. Me pregunto cómo
sería mi vida si tuviera el
bastón de un ciego, que
pudiera salvarme de los
errores que he cometido en la
vida. Supongo que sería más
inmadura, más ingenua, pero,
¿para qué querría uno madurez
si tuviera el bastón de un
ciego?




8
No me gusta ver la fuente de
los coyotes apagada. Me hace
sentir que esta plaza es
aburrida. No lo es. No hay
forma de que lo sea, a pesar
de lo que diga cierta persona,
con la que por cierto hace
mucho que no hablo. Me gusta
esta plaza, sus fuentes, las
ardillas trepando en los
árboles, alimentar a las
palomas, el chocolate del
jarocho, sus cafés y sus
restaurantes, la gente rara
que viene aquí, sus
vagabundos, sus colores, la
historia de este lugar al que
llamo hogar, que es mi propia
historia.






9
"Tal vez no estaré aquí cuando
vuelvas", te dije, y tenía
razón. Normalmente no pienso
mucho en eso, pero hoy me
dejaron plantada y al parecer
tendré mucho tiempo de sobra.
Tenía rato que no pasaba un
día como este. Me agrada, me
hacía falta. Te diré la
verdad; No te extraño. Ni a ti
ni a él. Pero me da curiosidad
saber qué ha sido de tu vida;
¿Cómo está tu hijo? ¿Estás
estudiando lo que me dijiste
que querías? ¿Cómo está ella?
¿Volvieron? ¿Se separaron?,
pero, sobre todo, ¿Me extrañas?






10
Ya debería tener práctica en
eso de aguantarme las ganas de
llorar en público. La verdad
es que no. No puedo. Es por
eso que aún uso la excusa de
ir al baño para estar un
momento a solas.
Prometo lanzarme a los brazos
del próximo que me
trate como a una princesa, que
no piense que tratarme mal es
una forma de decir "Te quiero"




11
CENSURADO






12
CENSURADO




13
Son pocos los que saben lo que
significa para mi un abrazo,
lo que vale. Normalmente me
cuesta trabajo acercarme a la
gente. Tocar las manos de
alguien que no conozco puede
llegar a hacerme enojar. Pasa
muy seguido que rechazo o me
alejo de gente conocida, y lo
malinterpretan. No me gusta
que pase eso, como tampoco me
gusta que traten de tocarme
sin mi permiso. Si me pusieras
a pensar, a rebuscar en mi
pasado la razón psicológica,
sociológica de esto, te
respondería que no ----- te me
acerques.






14
CENSURADO


15
¿Qué es exactamente lo que
hace de un lugar cualquiera un
hogar? ¿Cuál es la diferencia
entre esta y cualquier otra
plaza? Sé que viniendo aquí me
arriesgo a encontrarme de
frente con los fantasmas de mi
pasado. Ya ha sucedido antes,
y tal vez lo hago a propósito.
Tal vez lo hago porque me da
miedo dejar atrás al pasado.
Podría nombrara a alguien que
quise por cada banca de este
lugar. Podría ->




16
señalarte los lugares en los
que he llorado, en los que he
reido, donde he dormido, el
billar en el que aprendí a
fumar, el lugar donde lo besé
por primera vez, donde aprendí
a alimentar a las palomas de
niña. Está aquí la casa de mis
sueños, la gente que conozco y
la que me falta por conocer.
¿Qué es lo que hace de un
lugar cualquiera un hogar? Te
diré algo; Me he mudado de
casa mil veces, y el único
lugar al que he podido
volver... está aquí.

sábado, 16 de abril de 2011

Sobredosis de realidad

¿Por que escribo? Es una de esas pocas cosas que no me cuestiono. Escribo y ya, fin de la historia. Alguna vez mencioné que era porque esta realidad me aburre. Escribir la hace más interesante. Pero, qué chiste tiene si lo que escribo no es real?. No cambia lo aburrido de mi realidad. Quisiera poder decirte que me siento atrapada. Que contigo no hay bolas de fuego en el cielo, no sueños nuevos ni fantasías ni sorpresas. Que contigo todo es realidad. Qusiera que supieras lo que se siente querer hacer algo loco, algo imprudente, inesperado y tal vez hasta peligroso. Me encantaría que supieras lo que para mi significa estar viva. Para ti todo debe estar agendado, y si no, si no hay un plan, no puedes hacer nada. Me gustaría que entendieras lo que es espontaneidad, que hubiera forma de explicarte por qué a veces me gustaría que fingieras que no hay mundo alrededor de nosotros. Eres perfecto. Sin defectos. Pero contigo todo es tan real. Demasiado real.



whatever words I say... I will always love you

lunes, 11 de abril de 2011

Baby hummingbird

Mujeres

Nunca me vi a mi misma como una persona sociable. Eso ya todo el mundo lo sabe y lo he dicho antes. Siempre he preferido el canto de los grillos sobre las voces de los humanos. Los humanos me hacen sentir incómoda, y que yo recuerde siempre ha sido así. Lo que siempre me ha parecido curioso es que piensen que me gustan las cosas de esa manera y que yo lo quiero así. Tampoco puedo decir que sea lo contrario, no me desagrada ni trataría de cambiarlo. Los humanos me atormentan, me complican la vida, y en particular las mujeres me causan problemas; Nunca he encontrado una que me entienda, a excepción de mi madre, pero siendo mi madre no cuenta. Si bien me di el tiempo de comprender sus protocolos, sus códigos, la forma en que tratan entre ellas y se comunican, la forma en que reaccionan en ciertas circunstancias, un poco de la forma en que piensan y ven la vida, nunca logré convivir con una. Se burlan de mi diciendo que las trato como objetos de estudio más que como seres humanos, como amigas. No es muy diferente de cómo trato a los varones cuando todavía no llego a conocerlos bien. Los pocos que me conocen sabrán, o deberían saber, que hay una serie de requisitos que deben cumplir para ser considerados mis amigos; Nunca he encontrado nada parecido en una fémina. Podría llamarle desconfianza y pocas ganas de cambiar,  digamos evolucionar, lo que me mantiene creyendo que las mujeres, para mi, son y siempre serán objetos de estudio. Y muchas veces me he sorprendido usando esas artimañas que son típicas de las mujeres,  manipulando gente, usando esos beneficios de los que una mujer goza por el simple hecho de ser mujer. Lo soy y estoy orgullosa de ello, y esa podría ser una de las razones por las que encuentro tan inquitante el no poder convivir con ellas.

Muchas veces en mi infancia llegaron a compararme con un niño; jugaba con mi hermano con pelotas en lugar de aprender a peinarme y maquillarme, hacía aviones en lugar de jugar a "la comidita", me regalaban bolsas de mano de juguete y yo las usaba para guardar carritos de juguete. Y de eso culpo en parte a mi hermano, aunque he de decir que de ninguna manera me arrepiento. Tal vez podría decir que me avergüenza un poco el hecho de que aprendí a peinarme a los doce años, y eso porque un día me vi obligada o más bien me obligaron; Yo nunca vi necesidad de tal cosa. Y claro, como consecuencia el resto de las niñas me trataba como si yo fuera diferente. A veces creo que en realidad fui diferente, y que eso me dejó marcada por el resto de mis días. No diría que me arrepiento, claro que no, pero tampoco lo agradezco. Mientras que por un lado este escenario me dio la capacidad de ver las cosas desde un punto de vista diferente, también me hizo ser un alien; Como ha sido siempre, en muchos aspectos de mi vida, no pertenezco ni a un mundo ni al otro. Tal vez nunca lo haré.

lunes, 4 de abril de 2011

Sombras y razones


Fui una niña con déficit de atención en una época en la que esas cosas no existían. Uno podía ser tonto, loco o inteligente, no había más. Yo siempre fui tratada como retrasada mental. Fueron muchas las veces que mi mismo padre se esforzó por demostrar que yo no podría jamás ser inteligente. Y menos siendo mujer. No como mi hermano, no, nadie como mi hermano. Era él el que siempre tenía algo interesante qué decir, el que siempre sabía un truco nuevo, el que a los ocho años veía programas de ciencia y jugaba ajedrez. Y yo, yo era la bonita, la tontita, la niña tierna e ingenua; La hermana de Gabriel. Aún ahora en mi familia los roles no son tan diferentes. Cuando un tío me preguntó qué estudiaba, y yo le dije que artes visuales, obtuve un "¿Y eso con qué se come? ¿De qué piensas vivir?". Mira a Gabriel que pronto será geólogo, varios años antes de que tu siquiera entres en una escuela de verdad. Tal vez por eso me costó tanto trabajo aprender a creer en mi. Aún hoy cuando miro atrás me sorprende. Me sorprendo.

Aún tengo la costumbre de atribuir a otros mis logros, de dejar que los demás piensen que nada de lo que he hecho, lo he hecho por mi cuenta. Y a decir verdad muchas de las cosas que me festejaron cuando estudié artes no fueron completamente obras mías. Me tardé tal vez demasiado en entender que ese no era mi lugar, en darme cuenta de que tampoco ahí pertenecía. Por eso se siente tan bien cuando tomo una fotografía y alguien me dice "se ve bien, me gusta". Me hace sentir que encontré algo en lo que de ninguna manera jamás seré de nuevo la sombra de nadie. Por eso tengo que ser la mejor... cueste lo que cueste. 

Maquillaje

No tiene mucho tiempo que descubrí que, si me maquillo, la gente me trata diferente; Me miran a los ojos cuando hablo, me toman más en cuenta, escuchan lo que digo. Nunca comprendí esa obsesión que tienen las mujeres con el maquillaje, siempre me pareció banal, antinatural, superficial. A decir verdad todavía no lo entiendo. No entiendo al ser humano. A veces siento que, maquillándome, voy en contra de todos mis principios, que abuso de una vanidad que no comprendo y a veces, maquillada, me siento como un  payaso. Es tal vez por eso que me duele tanto que gente que me importa, que no está acostumbrada a verme así, me diga que de hecho me veo como un payaso. Y no me maquillo para cualquiera.



Nunca me sentí a gusto en este mundo, nunca me sentí parte de nada,
 y últimamente me he estado preguntando por qué será.