sábado, 5 de noviembre de 2011

Agua

Podrías cansarte de mis ojos llorosos que te dicen que te necesitan, cansarte de mi silencio eterno, de mi falta de ganas de ponerme de pie. Me ha pasado antes, ser, sentirme, creerme una carga. He escuchado las voces fastidiadas de mis amigos por teléfono que dicen "voy para allá" como diciendo "chingadamadre, otra vez?!" Me ha pasado antes, me ha pasado mucho. Puse una flor y un fondo morado porque me dije que ya no escribiría cosas tristes, ya no, ya no puedo. Pero esta mañana mi pequeña flor de cerezo es la única que no me dice "¿Otra vez estás llorando? ¿No te cansas?". No, ella sólo se sienta y escucha como nadie más lo sabe hacer. No había escrito en semanas, no porque no quiera, no porque no lo intente, sino porque cada vez que pongo las manos en el teclado no puedo evitar llorar. Y escribo post lastimosos que no quieren ser leidos. Así que prefiero el silencio, silencio como agua de lluvia que se arrastra hasta la coladera y se esconde de las calles de la ciudad, porque esta realidad duele demasiado. Yo soy agua de lluvia, siempre lo he sido. Pero hay días en que lluevo sobre campos amarillos, sobre rostros que sonríen, que se alegran por el agua fresca. Hoy no. Hoy soy agua de coladera.

Podrías cansarte de mis letras tristes que no quieren ser leidas, yo lo sé. Podrías cansarte de esa manía mía de guardar silencio cuando no tengo nada interesante qué decir. Podrías pensar que soy aburrida porque no tomo, porque no fumo, porque no como carne roja, porque no voy a antros, porque no me desvelo. Pero aprendi que aquél que se cansa de tus paranoias, de tu silencio, de tu falta de vicios, de tus ganas de llorar, aquél que no está contigo a pesar de todo, no es tu amigo. Y entonces, prefiero el silencio.

1 comentario:

Ros dijo...

Yo también prefiero el silencio, y la lluvia, el lodo, los post tristes... por eso desde que comencé a leerte algo de mí se identificó contigo.
Y ya, me quedo callada, un abrazo.