sábado, 30 de junio de 2012

The rabbit in the cage.



Me fastidia hacerme a la idea de vivir en la jaula, sin embargo siento que se me acaban las opciones. Me fastidia mirar hacia atrás sólo para darme cuenta de que los años han pasado y sigo siendo la misma niña del cabello rosa. He estado aquí antes y eso también me fastidia. Tanto como escribir una y otra vez las mismas cosas, las mismas frustraciones, las mismas ausencias, los mismos enojos, las mismas ideas, una y otra vez y otra vez y otra vez. Me fastidia hacerme a la idea de que el cristal no se romperá, de que seguiré nadando en la misma pecera, dando vueltas una y otra vez, como la gente normal. Dicen que crecer significa, entre otras cosas, renunciar a los sueños de adolescente, comienzo a pensar que tal vez no sería tan mala idea. Comienzo a pensar que es hora de que le de la espalda al cristal y regrese a nadar en mi pecera, como la gente normal.


There seems not to be more than this. Nothing more than this.

viernes, 22 de junio de 2012

y, al final, qué más dá si nadie me lee?
cuidar la ortografía, la redacción, fonética, yo que sé. Ni siquiera sé nada de eso.
no necesito que me digan de nuevo que no soy especial. nunca crei serlo, yo no se ni por que me importa. pero me importa.

cuando fue la ultima vez que tuve tiempo to crash down and scream?

cuando fue la ultima vez que me di tiempo para estar sola y pensar?
la ultima vez que me fume un cigarro, que me tome una cerveza, que se me ocurrio salir sola, hacer lo que quiero hacer por el gusto de hacerlo. cuando fue la ultima vez que me di tiempo de sentarme y pensar? cuando fue la ultima vez que alguien me dio una flor?

tal  vez soy yo lo que está roto. tal vez siempre lo estuve, y despues de todos estos años sigo siendo la misma. justo la misma. siempre la misma.

y siempre lo mismo.

y de nuevo, el silencio.

Tha fucking paper

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afhgauifgiulsadfgsljfhvgsafdtrdfyipoijhgfdrhjk
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DEFASÑJFHGSÑKAJBLVHB7k´ñosgh
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aqwdghkijhbv cvbnm,nbvc

lajndgñkjbsgñgvbñ
.
.
.

lunes, 18 de junio de 2012

Más cajas de cartón



No creo haber tenido más de doce años la última vez que recuerdo haber estado sola. Realmente sola. Siempre he encontrado compañía, ya sea en un pseudoamigo, un novio de dos semanas, un humano de esos con los que se habla como se habla con una pared. ¿Cómo es entonces que siempre me he sentido tan sola?

A veces me siento como adolescente cliché diciendo que nadie me entiende. Creí incluso cuando me dijeron que pasaría, que crecería, que todo cambiaría. Pensé que las cosas cambiarían a mi alrededor, tardé demasiado en darme cuenta de que no funciona así; Soy yo la que debería cambiar. Nada cambiará si no cambio yo primero. Le sigo temiendo al hombre del traje gris. Sigo siendo la niña del pelo rosa, me miro en el espejo y no alcanzo a comprender lo que veo. No soy yo. Yo no soy esa que me mira como tratando de hacerme creer que soy alguien que no soy. Yo no soy la que va a la universidad para complacer a su madre, la que se esfuerza por hacer una carrera. No soy como el hombre del traje gris, no puedo serlo. No quiero serlo. Y sin embargo aquì sigo, caminando como quien camina a la horca, resignàndome a pensar que un dìa de estos sere una arquitecta justo como cualquier otra, e irè a una oficina como cualquier otra y me vestirè de gris justo como cualquier otro.

Y tengo miedo. Miedo como el que alguna vez dije que nunca màs tendrìa. Miedo de pasarme los semàforos en rojo como si fuera un adolescente cualquiera. Miedo de ser hoy eso que nunca fui aunque sea demasiado tarde. Miedo de sentirme diferente a los demàs aùn sabiendo que lo soy. Miedo a sentirme sola sabiendo que, en teoría, no lo estoy, nunca lo estuve.

Estos días lluviosos me recuerdan otros días lluviosos. Días raros en los que me dio por pensar que la lluvia estaba ahí para recordarme algo, recordarme cosas que hoy he olvidado. El cielo vuelve a invitarme a llover con él, a mojarme, a olvidarme del frío y correr con la lluvia aún sabiendo que podría enfermarme. Mi hogar comienza a ser de nuevo cajas de cartón y yo comienzo a sentir que en mi alma pasa lo mismo. Dejo de nuevo un cuarto vacío que nunca fue mi cuarto sino el de alguien más, alguien que no soy yo. Cuando uno vive nómada se acostumbra a vivir con su vida empacada y eso comienza a hartarme, cansarme de veras. Hubo un tiempo en que fue divertido, en que imaginaba que la siguiente casa sería diferente, que cambiandome de casa de pronto las cosas serían mejores. Nunca pasó. Nunca pasó y comienzo a hacerme a la idea de que no pasará. Comienzo a hacerme a la idea de que si quiero burlar los semáforos, deberé encontrar la forma de hacerlo sola. Sola como nunca he estado.

sábado, 16 de junio de 2012

Agua

Llueve, detrás de los cristales, llueve y llueve.

Han de ser ya más de dos años desde la última vez que el día se puso así, gris, nublado, o al menos tiene mucho que no me paraba a observar. Este es uno de esos días en que llueve, poquito, pero llueve, todo el día. Me hacía falta. Un poco de lluvia siempre nos hace falta a todos, y yo no entiendo a esa gente que se queja cuando llueve. Dejo mi ventana abierta para que pase el olor de la lluvia, entra aire frío, y yo soy feliz. Me siento rara, no sé ni cómo me siento, es como si la lluvia, esta lluvia, ligera pero constante, tratara de recordarme algo, tratara de llevarme a no sé dónde, algún lugar de mi pasado. Es como si la lluvia me pidiera que no olvide. Que no olvide, yo no sé qué.

Y, si te invito, ¿Te pasarías conmigo un par de semáforos?