martes, 29 de enero de 2013

Sólo tal vez...

Las piezas del rompecabezas comienzan a desordenarse en mi cabeza, yo comienzo a avanzar sólo por inercia. Pero mis pies se arrastran y se lastiman en cada piedra. Ni una semana sin dormir y ya me estoy sintiendo enferma. Recuerdo que me pareció divertido la primera vez que de camino a la escuela, me puse de pie justo al mismo tiempo que todos los estudiantes que iban en el mismo camión. Como si todos nos hubiéramos puesto de acuerdo, me sentí absorbida por la máquina. Me atrapa un poco más cada día, me succiona a una realidad que traté de evitar a toda costa, a una sociedad que desprecio, a un lugar que hace muchos años conocí en pesadillas. Y sin embargo avanzo, a tientas, a tropezones, no sé a dónde o cómo, a convertirme en una persona que tal vez no quiero ser. Tal vez. Sólo tal vez.

miércoles, 23 de enero de 2013

El don de la Dislexia

Y ahora viene a resultar que sí, soy disléxica. Le comenté a mi mamá el otro día que en una práctica de tipografías me di cuenta de que escribí un 5 al revés, y mi hermano, que estaba presente, casi me gritó "¿OTRA VEZ?!", y yo le dije, "¿Otra vez qué?". Mi madre lo sabía, mi hermano lo sabía, la única que no sabía era yo. Al parecer mi buena ortografía es resultado de los esfuerzos que hizo mi madre por quitarme lo disléxica, pero se le olvidó enseñarme matemáticas. Resulta que no soy tonta, sólo soy disléxica. ¿Qué tal?


Leí una teoría en internet que dice que lo que pasa es que mi cerebro funciona de forma diferente, más literalmente de lo que solía decir de broma, "se me cruzan los cables". Al parecer también es por eso que soy rara y buena con las imágenes... También es una buena excusa qué decir cuando haga algo mal o se me olvide algo o no entienda algo muy obvio y me esté sintiendo realmente estúpida...



http://virlanda.blogspot.mx/2007/05/el-don-de-la-dislexia.html

Einstein, uno de mis ídolos, era disléxico...

domingo, 20 de enero de 2013

...,

Estaba pensando en hacer algo para poner las cenizas de los cigarros que enciendo en mi cuarto. Ya existe, se llama cenicero, pero ese esta manía mía de hacer mis propios enseres.

Lo siento, soy torpe, no sé buscar cosas en una bolsa, me pierdo en las calles, me atormenta salir sola. Lo sé, soy demasiado dependiente. Lo siento, tal vez no soy como esperan que sea, tal vez simplemente no puedo serlo. No trato de serlo, porque alguna vez lo hice y sólo pude lastimarme. Lo siento, ya no puedo. Es este encierro que me tiene loca, este vidrio que  da al cubo de luz, que me aparta de una libertad que es de todas formas inalcanzable. Y lo siento, tal vez sea hora de ponerme mis tenis azules y comenzar a caminar.

 Maybe the ocean is not that bad.

martes, 15 de enero de 2013

El perro que se perdió en el mar.


Vivía en un callejón oscuro, lejos del bullicio de las zonas turísticas de su pequeña ciudad. Era un pequeño animal ermitaño, al cual no le agradaba la compañia, ya que en ciertas ocasiones, todo aquel ajeno a su espacio, recibia de su parte entre ladridos y dientes, una corretiza hasta el final de sus dominios. Es dificil explicar, como es que la soledad se convirtió en su mejor amiga, es dificil de creer que para este singular animal, el único rincon donde habitaba, era todo lo que existia. 
En un dia de verano, mientras se iba acercando al restaurante en el que conseguia comida, cayo en cuenta, que se encontraba cerrado, no habia luces en su interior, no se escuchanam las voces de los cocineros ni de los meseros, el local completo yacia en silencio. Era el fin de una era, era el fin de la vida como la conocia y pese a su desagrado por el exterior, impulsado por el hambre, decidió seguir su camino, en busca de un nuevo callejon, un nuevo lugar y principalmente, un lugar donde comer.
Las calles que recordaba de su infancia, cuando solia vagar tranquilamente por la ciudad, se habian transformado por completo, ya nada era como él recordaba. Luces por todas partes, restaurantes completamente limpios, sin comida a su alcance, ningun rincon tranquilo donde pasar la noche. Escucho entonces, un ruido que le parecia conocido, un recordatorio de algo que habia olvidado mucho tiempo atrás, fué entonces donde rápidamente movio sus patas, dirigiendose a la fuente de aquel sonido, ritmico y estruendoso, que en cierta forma, le daba una sensación de tranquilidad, que habia olvidado alguna vez sentir. Las calles se tranformaron en arena, y a lo lejos, se percató de una masa gigante de color azul, que subia y baja al mismo tiempo que hacia aquel exitante sonido. Por puro instinto, de aquellos días de infancia, corrio hacia aquel mounstro gigante y de un sólo impulso, se vió depronto en medio de lenguas descomunales que lo lamian y lo arrastraban a lo desconocido. Aque sonido tranquilizador, se convirtió en un rugido atemorizante, que lo angullia y no lo dejaba escapar, a pesar de luchar arduamente, se dió cuenta que la arena ya no estaba ahi, ahora volaba a través de aquel cuerpo, en el cual habitaban seres que tranquilamente volaban a su lado como si todo fuera natural. Por un momento, sé olvidó  de aquel mundo hostil en el que habia crecido, todo era silencio y colores, tantos como no habia visto desde que llegó al callejon que por tantos años fué  lo mas parecido a su hogar. Entre maravillado y en paz, lentamente se quedó dormido.
Entre sus sueños, le parecio escuchar una voz, pero no cualquier voz de un ser desconocido, esta voz era un sonido que hacia que su corazón latiera arduamente, un sonido que le llenaba de alegria y de una nostalgia desconocida; lentamente al abrir sus ojos, alcanzó a percibir un silueta que tienen algo de angelical, se dió cuenta que se encontraba abrazado y caliente. Fué entonces que al poder disernir aquella figura, vió en los ojos de aquel humano, el reflejo de su infancia perdida en el tiempo, recordando que alguna vez fué querido, que alguna vez supo confiar en que el mundo y las personas eran buenos y amables, hasta él día que no supo regresar a su hogar. La persona que lo cargaba le decia un nombre, que parecia que habian borrado de su memoria, ese mismo nombre que le hizo regresar a ser un animal noble y cariñoso, que envolvió ala persona en lamidas que no sabia que no era capaz de dar. En una casa limpia y llena de luz, envuelto en cariño y con un gran plato de comida, que era sólo para él, encontró al fin, su hogar. 
Sofia y Ludwing.

viernes, 11 de enero de 2013

Un fondo para el gorrioncillo

Lo miro una y otra vez y lo imagino de mil maneras. Se me antoja más de una, y no sé si el problema es ese o el miedo a arruinar lo poco que llevo y sí me gustó. No debería ser tan difícil... pero, qué tal que no queda?.

La gente espera de mi demasiado, me hacen creer que soy más y mejor de lo que soy, o tal vez, ven en mi un talento que yo no alcanzo a ver. ¿Será que soy todo lo que dicen? ¿Será que me quieren y por eso me ven como me ven?. Como voy yo a saber. Tal vez soy yo la que espera demasiado y por eso termino frustrada.