domingo, 15 de septiembre de 2013

Tomarse el dolor

Love was such an easy game to play... Te lo bebes sabiendo que es veneno. Lo sabes, y sigues tomando. Tomas poruqe sabes que esta realidad està mal encuadrada. Tan mal como puede estarlo. Y bebes, hasta que ya no sabes què es lo que duele, lo recordarás mañana. No sabrás si el dolor es uno nuevo o uno viejo, si sera de esas quemaduras de cigarro que no sabes de dònde salieron, o de esos dolores que no recordabas pero en realidad nunca se fueron. Hoy solo quieres vivir el momento, y lo vives, fuera de tus sentidos. No sabes si lo vives o lo bebes, pero ahi estás, ahí donde no sabes donde, ni como, ni cuando. Ni cuantos cigarros, ni cuantas horas, ni cuantas copas. Pero ahi sigues. Y no sabes si lo haces porque quieres que ya no duela o porque quieres que duela mas, pensando que tal vez asi, tal vez, mañana se habrá ido un poco más de ese dolor. Como si el dolor viniera en dosis preescritas, en dosis limitadas. Tal ves si te tomas todo el dolor de un trago, mañana no dolerá más. Porque tal vez, igual que el alcohol, el dolor se acabará mañana.


We all live in a yellow submarine!!

*Canta cayendose de borracha*

Life is easier with eyes closed...
 .

Strawberry fiedls foreva

martes, 3 de septiembre de 2013

Dejarme estar viva

Qué mejor momento que los primeros días de Septiembre para comenzar una nueva vida. Con corte de pelo nuevo, actitud nueva y una que otra decisión que seguramente me hará quedar como la loca frente a mi familia una vez más. Pero parte de esta nueva actitud incluye hacer lo que se me dé la gana sin importarme lo que nadie, principalmente mi familia, opine a cerca de mis locuras. Tal vez sí me haga más feliz dar clases de dibujo para niños que estudiar arquitectura, tal vez no. No ganaré tanto como dentro de treinta años en caso de que hubiera decidido terminar arquitectura, pero seré más feliz y podré cortarme y pintarme el pelo tan ridículo como sea posible, viajar a donde quiera cuando quiera y con quien quiera, dejarme ser libre, loca, porque son esas las extravagancias que se les permiten a los artistas pero no a los arquitectos, a los oficinistas cualquiera que creen que mientras más dinero tengan mejor estarán aunque eso los haga profundamente infelices. No, yo no quiero eso, yo quiero ser feliz y no me rendiré fácilmente, no dejaré que mis miedos me invadan sino que dejaré que me fortalezcan, como lo han hecho en el pasado. Me emociona. Tomar esta decisión me hace sentir una felicidad prematura que la arquitectura nunca me causó. No significa que dejaré este hábito que tanto me ha costado tomar de dormir tarde y despertar temprano, porque de eso se trata la vida, de estar vivo. La vida no es séptica, no es encapsulable ni ordenada, no es algo que puedas limitar, la vida es peligrosa, y siempre encuentra su camino. Y yo pretendo dejarme estar viva.