lunes, 28 de julio de 2014

Otra vez mamá

A veces se nos olvida que están muertos, los muertos. Y preparamos desayuno para cuatro, llamamos sus propiedades como suyas, pensamos en ellos cuando vemos algo qué regalarles, vamos por la calle y pensamos "llegando a casa le preguntaré...". Y entonces, por un segundo están vivos. Menos que un segundo, un milésimo, un instante en el que sentimos la alegría de la perspectiva de compartir con ellos, de contarles cosas, de regalarles cosas, de comer con ellos. Pero no dura, porque luego viene el recuerdo. Los vivos nos enfrentamos una vez más a la realidad de que se han ido, de que nos dejaron sus cajones llenos de ropa, que nos dejaron llenos de dudas y que nunca más volveremos a verlos sonreir. Que nos quedaremos toda la vida con la curiosidad de "¿Qué habría opinado ella a cerca de mi nuevo novio?". Mueren de nuevo, una vez más algo se rompe dentro de ti y sientes su agonía, recuerdas que no te despediste, por otro instante vuelves a vivir el funeral y ese momento maldito en que después de creerte que estabas bien caiste en cuenta de qué significa la muerte en realidad. Que no recuerdas qué hiciste en su último cumpleaños, en tu último cumpleaños con ella, que no volverás a escuchar historias de tu infancia, que nunca podrás preguntarle si cree que este chico que te gusta tanto tiene un defecto que no estás viendo. Un instante más en el que sientes cómo la vida te arrebata lo que más querías en este mundo. Un instante que duele tanto que nunca termina.

sábado, 26 de julio de 2014

Sobrevivir

Me dijeron que es después del cuarto de siglo que comienzan las peores depresiones, me dije a mi misma, no mates al mensajero. Me pregunté si sería capaz de sobrevivir, si eso fuera cierto. Me lo pregunto hoy más que nunca. Me alegra de corazón que exista gente en este mundo que no me comprende, que hay quien no es capaz de ser empático conmigo, porque significa que todavía queda quién no sabe llorar, llorar de a deveras. Pero me alegra más que hay quien sí, quien sabe que para ayudar a alguien a salir de la cueva, hay que entrar en ella. Me siento un poco menos sola y me da la impresión de que tal vez, sólo tal vez, sobreviviré. Y tengo tantas cosas por qué estar agradecida, nunca he tenido hambre, nunca he dormido en la calle, nunca me he quedado sola. Me entiendan o no me entiendan, no me dejan por completo sola. Tal vez llegará el día en que podré levantarme por mi cuenta, tal vez. Puede que un día me perdone por tantas cosas y sea capaz de seguir mis propios consejos. Consejos como "no tomes si te sientes triste", "no levantes el teléfono cuando te sientes sola". Aprende a vivir sola, porque un día no habrá nadie del otro lado del teléfono, y entonces quizá no sobrevivas. No le temo a ese día, sé que nunca llegará. Pero sé también que uno puede cansarse de quejas y más quejas, de tragedias sobre tragedias, y por eso es que me da por esconderme en mis peores momentos. Es por eso tal vez que me entristece tanto cuando me da por querer compartirme con alguien, compartirme completa, y ese alguien tiene cosas más importantes que hacer, cosas más importantes que yo. Y puede ser que yo me de demasiada importancia, yo sé que no debería. No tendría por qué ser importante. Y es por eso que un día de estos tendré que aprender a caminar, por no decir tropezar, sola y con mis propios pies, porque no siempre habrá quien quiera compartir conmigo. Tardé demasiado en darme cuenta de eso. Siempre tardo demasiado en darme cuenta de muchas cosas, y es que para eso estaba ella.

jueves, 24 de julio de 2014

Yo tenía una mentira, le decía mamá

Yo tenía una mentira. Era linda y cálida, me miraba con sus ojitos negros y yo sabía que no había nada más sincero. Pero un día se me rompió, como esfera de cristal contra el suelo, sólo fríos trozos cortantes de verdades, muchas pequeñas verdades.

La nube negra (el mundo de los vivos)



Sólo puedo pedirte que me esperes
del otro lado de la nube negra
allá donde no quedan mercaderes
que vendan soledades de ginebra.



Avanzo a tientas, como por inercia. Si es que avanzo del todo. Voy por la vida tropezando, golpeándome con las paredes, cayendo de rodillas, gateando, intentando levantarme sin lograrlo. Me da por escapar de mi misma, por huir del peso que oprime mi pecho y no me deja respirar, salir a la calle y perderme, caminar sin rumbo ni tiempo. Hoy vi flores de cempasuchil floreciendo sobre una jardinera, sonreí. Este año ya duró demasiado, me da por pensar que comienza a acabarse, pero el calendario no tarda en recordarme la triste realidad, a penas estamos en julio, eso es la mitad del año. Aún le quedan casi seis meses más a este año maldito. Me exigen que viva mi vida, que haga cosas de gente viva, y yo, yo no sé si recuerdo cómo respirar. ¿Cuánto más puede durar esta tragedia?, creí ver el comienzo de la madrugada, pero tal vez, sólo tal vez, a penas es media noche. Y estoy cansada. Cansada de repetirme una y otra vez que no soy yo este trapo que se niega a salir de la cama por este miedo monstruoso que viene a visitar en las mañanas. Cansada de repetirle al mundo que, lo juro, por un momento fui feliz, que no soy más la adolescente patética que se pintaba las uñas de negro y coqueteaba con la muerte. Y me hartan sus "échale ganas, si se puede", sus "deja de pensar como adolescente", "tienes todas las herramientas, lo demás es un pretexto", "eres una mujer valiente", "yo sé que un día serás grande". Sus "No te rindas", sus "la vida es bella". Hay días en que odio que me quieran, tener tantas razones para no cortarme de un tajo las venas, odio que enlisten cosas que debería hacer como hace la gente normal, que todos me digan "deberías intentarlo" ante la posibilidad de volver a la escuela. No saben, no me conocen, no saben que para mi eso sería la muerte, hoy más que nunca. Estoy cansada de no poder respirar, estoy harta. Cansada de esta oscuridad que me consume y este monstruo que me atrapa en la cama todas las mañanas. Harta de que en mi cabeza no haya más que ruido, más que esta nube negra que no me deja pensar claramente, de no poder unir un renglón con el que sigue cuando trato de leer un libro, de no ser capaz de hacer un plan coherente para vivir al menos este día y seguirlo, harta de decirle a la gente que, lo juro, hasta hace no mucho tiempo, me daba por sonreir, sonreir de veras. Y que tenía una bonita sonrisa, que se me perdió. Y me da por buscar en la calle algún rostro, alguien con quién hablar que entienda lo que es estar aquí donde estoy, alguien que no se conforme con aventar velas a mi pozo y esperar que con ellas ilumine un agujero negro. Alguien que sepa en qué chakra se corrigen los impulsos suicidas, que sepa de magia y me ayude a recuperar la mía. Alguien que sepa lo que se siente perder el brillo y que sepa cómo volver al mundo de los vivos.

viernes, 18 de julio de 2014

Realidades

No naciste para volar, acéptalo.


magic is not real. grow up.you are only gonna hurt yourself if you dont.

martes, 15 de julio de 2014

Te necesito

Estas ganas que me matan de decir que te necesito, estos labios cobardes que se niegan a aceptar que soy débil, que caí otra vez en el laberinto y no hay hilos rojos que lleven a la salida. Sólo paredes, una tras otra, que llevan a más paredes, a más encierros, a más dolor. Dolores que parecen interminables, que no se acaban por más que sigas tomando, botellas que no terminan de vaciarse y sólo parecen cambiar de licor. Y soledades, soledad tras soledad que parecen acompañarse pero no lo hacen. Ilusiones, imágenes distorsionadas detrás de las botellas vacías, entre las que faltan por tomarse. La historia no parece terminar, no parece amanecer, sólo ponerse cada vez más oscuro. Ya no soy yo a quien ves detrás de estos ojos, soy sólo la cáscara vacía que queda después de la tormenta. Ya no vuelo en mis sueños, ya no sonrío como antes, soy frágil y me voy rompiendo un poco más cada vez que me dicen que no me rinda, que todo estará bien. Me voy rompiendo como se me va acabando la vida. Se me acaba la vida y soy demasiado cobarde para decir "te necesito". Ya no recuerdo cómo era cuando todo esto era divertido, ya ni siquiera me llaman a volar las nubes ni hay colores que me inviten a sonreir. Ya no sé si pedirte que me esperes, del otro lado de la nube negra, o que me olvides, para que no tengas que ver cómo me rompo, para que no sufras al verme caer.

sábado, 12 de julio de 2014

No, no estoy sobria.

Siempre encuentras razones para odiar lsa cosas que odias, y para amar las cosas que amas. Curiosamente acaban siempre siendo las mismas cosas, las que amas que las que odias. Eres así, siempre lo has sido. Tal vez sabes también que nunca sabrás quién eres en realidad, que nunca sabrpas exacramente si quieres dormir o si quieres seguir despierta. Sabes que cada cigarro que enciendes será el último y también sabes que es mentira. Y que lo amas tanto como lo odias. Como al otoño, como a septiembre. Como la lluvia y el mar, como a ti misma. como a la vida

jueves, 10 de julio de 2014

O que no encuentres globos ni helio ni cordeles.

Este adiós no maquilla un hasta luego.

Una hora y diez minutos para decidir si salgo a la tienda por una cajetilla de cigarros y me robo las botellas de Gerardo o me quedo en casa, como buena niña, y duermo temprano, y no fumo, y no amarro mi cabeza a un globo de helio. Una hora y diez minutos, tantas cosas pueden pasar. Puede pasar que suene el teléfono y de estar platicando se me olvide. No lo creo. Puede ser que llegue un mensaje de facebook invitándome a algo menos patético y yo diga que sí, para escapar, escapar igual que siempre. También podría ser que me de sueño y me quede dormida en el transcurso. Que me pase una hora y diez minutos escribiendo. Puede ser que caiga un meteorito, que pase una lluvia de estrellas y Ellie me invite a pasear. Puede que caigan flores del cielo esas malditas flores. O que por alguna bizarra razón suene el timbre y sea un humano quien me invite a pasear más fácil llueven flores. O que no encuentre globos ni helio ni cordeles. Ni licores ni cigarros. O que el idiota de tu ex te diga mentirosa de la forma más cobarde y tú seas aún más cobarde para decirle que se engaña para autocompadecerse y que encima ya no te importe que te crea o no que nunca le mentiste o que te importa tanto que prefieres que te crea la villana por su propio bien y no te atreves a decirle que es un imbécil, que habrías huido con él en una combi si te lo pedía pero no fue capaz de dejar de fumar, que nunca te hizo sentir razón suficiente, que siempre odiaste que no fuera capaz de hacer algo por su cuenta y que odias que esté haciendo las cosas que quisiste hacer con él y no tuvo la fuerza y tú tampoco y que odias toda la situación y que te mueres por decirle tantas cosas para no quedar como villana pero no lo harás porque es un pendejo que no es capaz de decirte mentirosa en tu cara ni fue capaz de decir hagamos algo para salvarnos en lugar de gracias y ya me voy cuando se te ocurrio la brillante idea de decirle que ya no estabas a gusto y te sientes mas pendeja que el porque no eres capaz de decirle nada de lo que estás pensando, nada de lo que estás sintiendo porque sabes que este adios no maquilla un hasta luego y ya no tiene caso torturarse el hígado con enojos pendejos porque encima de todo el nunca creyó nada de lo que le dijiste y por eso se fue pensando que lo engañaste y te arrepientes de no haberlo hecho para que al menos valiera la pena soportar sus pendejadas.

Treinta y ocho minutos, yo voy por cigarros y cerveza.

A la chingada.

Estoy bien

Como un dolor de muelas, aliviado...
como si alguien de veras me quisiera...


Sentirme mejor por un momento me da la impresión de haber tomado algún placebo, como cuando era más joven y mis risas se me antojaban artificiales. Como si no las mereciera. Hoy sé que lo merezco, pero siento como si estuviera metiendo todos mis juguetes debajo de la cama para que mi mamá piense que ordené mi recámara y no me regañe. Tal vez es sólo la ansiedad que me ha causado reducir mis dosis de cigarros diarios y la perspectiva de no volver a tomar como suelo hacerlo cuando tomo. Y me dan ganas de comprarme una botella y perder la cabeza debajo del tren. If you know what i mean. Es difícil dejar atrás mi pasado, debería ser fácil tomar la decisión de ser feliz. or at least try. Pero me cuesta trabajo creer que hay una receta para eso, que encontré por ahí en la calle una botellita de cristal con su etiqueta de "Pastillas para no soñar". No tenía idea de cuánto puede uno descubrir de sí mismo cuando intenta procurar privarse de las cosas que cree que lo definen, ni del valor que es necesario para decidir abandonarlas aún cuando todavía siente que lo define. No sabía que este pez morado cree que tomar como toma cuando toma es algo que la define, no sabía cuánto me gusta perder la cabeza. Creo que no sólo no sé cómo divertirme sin tomar, sino que tampoco sé cómo ser yo misma sin tomar, y eso lo comprobé la semana pasada. Pero no es divertido perder la cabeza ni haciéndolo sola ni cuando hay amenaza de ataque de ansiedad, y una parte de mi está preocupada de que esas dos cosas se vuelvan constantes en mi vida, que me acostumbre a vivir en el filo entre el "Estoy bien" y el "Ven por favor que me estoy muriendo".


September is coming.
I am afraid.



Please come, I am dying.