(Inserte aquí What's up de 4 Non blondes cuando vuelva a funcionar GoEar)
La crisis del cuarto de siglo me amenaza tal vez prematuramente, tal vez no tanto. Estar en la universidad con niños recién salidos de la prepa se me antoja bizarro, huí de ellos tanto tiempo, y ahora se me acercan como si fuera una de ellos, me hablan como si no fuera diferente, como si supiera de alguna manera cómo hablar con ellos. Creo que sí me saben diferente, por alguna razón, esta vez, nadie me lo dice. Y yo me siento en mi rincón del salón y los observo. ¿Son diferentes también o será que yo he cambiado? ¿Son mucho menores que yo o es que yo me siento más vieja de lo que en realidad soy? ¿Será que es posible? ¿Será que sí? Será tal vez que ya no se nota tanto mi tartamudeo como antes y que por eso en estos días se me ha olvidado lo crueles que pueden ser los niños, la gente. Será que algunos miedos sí se superan como en los cuentos de hadas. Podría ser también que alguna casualidad del destino me llevó al fin al lugar al que pertenezco, entre artistas visuales, diseñadores, arquitectos, locos como yo.
Hay una chica en particular que llama mi atención. Me identifico con ella y no sé si sea recíproco. No lo creo, pero cada vez que abre la boca me dan ganas de interrumpirla y decirle "Te entiendo, yo sé de lo que hablas, yo lo sé muy bien". Pero no me atrevo. Es como una versión de mi, pero más talentosa, de hace algunos años. Me da por intentar ayudarle, por intentar mostrarle el camino que seguí yo para salir de aquél lugar oscuro de poesías lagrimosas y autoflagelos literarios. Y no sé cómo decirle, no sé tampoco si es mi imaginación, si sería raro que se lo dijera y ella piense que estoy más loca que una cabra, que se sienta acosada y huya de mi. Yo lo haría, yo pensaría que estoy loca y tal vez la razón es que si lo estoy. Una vez vino a mi casa, y estaba sentada en mi sillón cuando dijo "Nunca sé cuándo estoy siendo grosera", como si quisiera disculparse, y esa fue la primera vez que quise decirle "Tú y yo somos iguales." Y quién sabe, tal vez, sólo tal vez, es sólo ese raro complejo infantil mío de querer identificarme con algo, con alguien. Es inútil, lo sé, nunca me he llevado bien con las mujeres y no pretendo cambiar eso.Y sin embargo no puedo evitar preguntarme si seré capaz de correr el riesgo, de decirle lo que pienso sabiendo bien que podría ser contraproducente. No creo tener el valor y no sé tampoco cómo le hace un ser humano normal para acercarse a otro y decirle de alguna manera subliminal "¿Quieres ser mi amiga?". Suena extraño, seguramente lo es, pero existen inadaptados como yo a los que no se les ocurre otra forma.
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