A una semana del evento sigo logrando cayar esa voz que solía hacerme enrar en pánico y escapar. Curiosamente, por primera vez en mi vida, no tengo ganas de escapar. Supongo que hay cosas que sí cambian, tal vez ahora sí, ya no soy la misma de antes. No me habría reconocido saliendo en la tele sin tartamudear, sin salir corriendo para buscar dónde esconderme, hace unos dos años. Supongo que tener a mi lado a mi madre y mi novio me dio fuerzas, tal vez me hizo encontrar aquí adentro fuerzas que no sabía que tenía, la fuerza suficiente para vencerme a mi misma. No sé si decir que me siento orgullosa de mi, no porque no crea merecerlo, sino porque la razón de que haya llegado hasta aquí ha sido porque me he obligado a no pensar en el futuro, es un éxito basado en la inconciencia voluntaria. Si lo hubiera hecho, si hubiera pensado un poco de más, seguro ya me habría derrumbado. Pero no, sigo aquí de pie. No sé si muriendo de pie como los árboles o descubriendo que tal vez este árbol nunca estuvo muerto en realidad. No sé si sea fuerza o simplemente con tantas cosas qué preparar no he tenido tiempo ni siquiera de ponerme a pensar en el futuro ni de recordar el pasado, pero ya casi acabo, ya casi está listo todo para el evento. Y contrario a lo que pudiera haber pensado que sentiría, estoy emocionada. Es más la emoción que el miedo, y eso es nuevo. No me había planteado qué expectativas tendría, no hasta este momento, ni siquiera me había preguntado qué haré con mi vida después del 9 de febrero. Tal vez trate de regresar a la escuela... probablemente no. Tal vez esta vez si haga todas esas cosas que he dicho que quería hacer, ponerme a pintar las cosas que sueño e ilustrar mis malas metáforas. Yo que sé, tal vez vuelva a ser la misma de antes y encuentre una buena razón para escaparme del mundo, esta vez con un poco de dinero, y me de por volar lejos para descansar un poco de este mundo maldito que esta vez ha encontrado la manera de comerme viva, haciéndome creer que hago lo que me gusta, cuando en realidad sin darme cuenta me voy convirtiendo cada vez un poco más en algunas de esas cosas que odio de la humanidad.
Tal vez hay cosas que sí cambian con el tiempo, pero,
me estaba preguntando si será posible que un día de
estos se me olvide quién soy, y me convierta
sin ser mi intención en otro zombie de traje gris.
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