Releyendo cosas que escribi hace ya mucho tiempo, me doy cuenta de lo poco que comienza a faltar ya para el otoño. Mi amado otoño, las hojas de los arboles amarillas, en el suelo de mi ciudad, esperando a ser pisadas, el sol, todo el dia con sueño y su luz, esa luz que tiñe todo de amarillos rojos y naranjas, que quema pero no calienta y el frio que me entumece los dedos cuando me siento a escribir. Me hace falta en estos tiempos en que me da por creerme planta.
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