Si hay algo que extraño de la casa en la que vivía antes, es mi ventana, el poder dejarla abierta en las noches demasiado cálidas, dormir con el arrullo de los grillos, fumar ahí como si estuviera fuera de la casa. Estoy segura de que, si no nos hubiéramos mudado, yo nunca hubiera dejado de fumar. Esta semana descubrí que sí tengo una fotografía de la vista desde mi ventana, pero no es suficiente. Recordar no es volver a vivir. Es un poco frustrante esta ventana que ni siquiera se abre, aún si se abriera, los mosquitos harían imposible dormir aquí. Alguna vez me dije que ningún tiempo pasado fue mejor, que no tiene sentido vivir recordando, vivir en el pasado. Me gusta pensar que vendrán tiempos mejores, con mejores ventanas y mejores vistas. Tal vez incluso un pequeño balcón...
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