Hay días en que parece que uno pone los dedos en el teclado y las letras aparecen en el teclado como por arte de magia, como si fuera tan fácil, y, de pronto, comienzan a formar palabras que a veces sin querer dicen justo lo que uno quiere decir. Yo sé que ya te lo imaginabas, hoy no es uno de esos días. Será que no estoy en uno de esos estados de ánimo en los que la inspiración ni pide permiso y se pone a escribir. Escribir sin ganas de escribir, pero con muchas ganas de decir lo que quiero decir, es frustrante y de cierta forma contradictorio.
En fin, sólo te quería decir que esta será la primera Navidad que pase lejos de ti, y que te extraño, y te extraño mucho. Todavía haces eco en mi habitación vacía, te siento ahí, haciendo esos ruiditos junto a mi cama, que aprendí a ignorar cada noche, excepto cuando tenía insomnio.
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