jueves, 22 de marzo de 2012

El hombre del traje gris



A veces me da por pensar que tal vez, y sólo tal vez, debería dejar de soñar y buscarme un trabajo decente como la gente normal. Vestirme de gris tres veces por semana, hacer ejercicio los sábados de ocho a diez y nunca irme a dormir después de las once. Como la gente normal. La simple idea me aterra, y tal vez por eso me alegra saber que, sin escuela, no me contratan en una oficina. Hoy amanecí con un humor autodestructivo y la sensación ya conocida de que nadie me escuchará.

1 comentario:

Aseret dijo...

Es un paso hacia la supuesta madurez, aunque te aterren las oficinas hasta los trabajos más relajados te piden (y presionan)de vez en cuando para que demuestres el por qué te están pagando. No lo tomes tan a pecho, aprovecha lo que se te presenta y saca de ahí lo que necesitas, por ejemplo, comprar tu equipo de fotografía y tener dinero para viajar y tomar fotos.

Puede sonar pretencioso pero imagina que un trabajo "normal" es como un mecenas que auspicia al artista.

Salu2!!