miércoles, 7 de noviembre de 2012

Secretero

Lo abro y lo cierro una y otra vez, sólo para verlo por dentro, para saber que se abre y luego se cierra. Voy agarrando práctica. Nunca me había preguntado si tenía algún secreto, y me siento como adolescente observando mi cajita roja, con su "Budapest" escrito en la tapa y el tallado de la madera... me tiene fascinada. Y lo abro y lo cierro, y pienso, ¿Qué le voy a poner dentro? ¿Será que no tengo ningún secreto?... Enrrollé una tira de papel blanco y la puse ahí, debajo del espejo, en el rincón oscuro donde están mis secretos, que yo misma desconozco. Tal vez para mañana se me ocurra algo más creativo...




Gracias César!

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